martes, 4 de octubre de 2016

Los universitarios y el dependiente

Un día decidí pasar al siguiente nivel con Lucas. Al salir de clase en la universidad me aproximé a él, cosa que no hacía en persona en un par de años, y le afirmé si me quería acompañar a una tienda de ropa a mirar unos uniformes nuevos. Me miró extraño y sorprendente me afirmó que sí. Sin llamar a mi follamigo me planté en su tienda con Lucas cinco minutos antes que cerrase. Los presenté y también hice como ya había hecho otras veces a solas y mirando a los ojos a Pepe, el dueño de la tienda, le afirmé que le aguardábamos en la trastienda. Lucas estaba nerviosísimo y Pepe algo perdido, mas se olía el tema y se dejó llevar la iniciativa.

Cuando tiene clientes del servicio me meto acá y me marcho desvistiendo poco a poco, mientras que me marcho acariciando aguardando que Pepe venga y a sabiendas de que es siendo consciente de lo que hago del otro lado de la cortina. ¿Y sabes que es lo que más me agrada de todo? Que cuando Pepe entra acá ya trae la polla grande y dura para darme lo mío.

Al unísono que afirmaba eso, saqué la polla de Pepe y de manera lenta me fui arrodillando sin parar de mirar a Lucas. Cuando estuve de rodillas, comencé a relamer de forma lenta su polla que ya estaba como un hierro y a introducirla suavemente entera en mi boca. Él comenzó a gemir y a ir compasando mi felación con movimientos de cadera al unísono que me acariciaba la cabeza y me susurraba "de este modo, de este modo". Estuve múltiples minutos gozando del sabor de su polla, de su dureza, frotándome la cara con ella y bebiéndome mi saliva que goteaba. Paré con esmero y me levanté, mire a Lucas que estaba alucinando.

Le tomé la cabeza y le fui señalando los ademanes de forma lenta, metiéndosela en la boca un tanto más en todos y cada movimiento, mientras que me miraba a los ojos como ido y la saliva se le comenzaba a escurrir por las comisuras de la boca. Yo ya estaba que no podía más de la excitación y me arrodillé a su lado diciéndole " asimismo lo deseo" mientras que comenzaba a comerle los huevos a Pepe. Ahora veía como Lucas mamaba con los ojos cerrados, como en éxtasis y comencé a lamerle la saliva que le caía por el cuello y la boca.

Le aparte un segundo la cabeza y me metí de cuajo la polla de Pepe hasta el fondo. Llevo años comiéndosela y los 2 sabemos lo que nos agrada, conque me cogió la cabeza y comenzó a follarme la boca de forma fuerte, como me agrada, hasta la ahoga y las lágrimas. Yo le sostenía por el trasero a fin de que me apretase más fuerte mientras que la ahoga momentánea me llevaba a la gloria, y Lucas nos miraba estupefacto. No creo que hubiera visto jamás una follada de boca tan cañera. En ciertos instantes me la sacaba para tragar algo de aire y Pepe me escupía y me daba algún guantazo no realmente fuerte mientras que me afirmaba lo tragón que soy.

Atraje nuevamente a Lucas, que estaba a escasos centímetros de mí con cara de alucinarlo y comenzamos a comerle la polla a Pepe entre los 2, juntando nuestras lenguas y nuestras salivas. Comencé a desvestirme y aproximé mi mano al pantalón de Lucas, abriéndole la bragueta sin que me hiciese caso de lo concentrado que estaba con la felación que le hacía a Pepe, con lo que dentro de poco estaba desnudo totalmente y él sin ropa de cintura para abajo. Tenía una buena polla, no tan grande como la Pepe mas más larga que la mía, y estaba goteando, con lo que no se la toqué demasiado a fin de que no corriese todavía. Lo que hice fue levantarme y ponerle mi polla a la vera de la de Pepe, en la cara. Menudos gays morbosos estamos hechos los tres, no hay quien nos pare...

Toma, cabrón, es lo que llevas aguardando un par de años, comerte la polla que viste en el hotel, sentirla en ti, chúpala toda, hasta la base, llevas pajeándote con ese instante desde aquel día, soñando con ella por tu cara, deseando sentirte como una puta, tocándote toda vez que me oías masturbarme por teléfono, mientras que me metía cosas por el culo y me corría en mi pecho entre jadeos a tu oído, sí, chúpala toda, de esta forma, te comerás ahora 2 pollas al unísono, tu sueño de siempre y en todo momento, 2 para ti solito...

Pepe se había desnudado y tenía su polla al lado de la mía, y Lucas, sigiloso y obediente, comenzó a alternar su felación entre los 2, mientras que Pepe me tocaba y gemía diciendo que lo hacía como un profesional, que eso era lo propio, y que volviese por allá toda vez que quisiese su biberón.
Los 2 estábamos de rodillas en el suelo y Lucas, a 4 patas, se comía una polla engañes se estregaba la otra por la cara y comenzaba a gemir. Me encantaba darle con la polla en la cara cuando tenía toda la de Pepe en la boca, pues me miraba con unos ojos de un vicio infinito que me ponía a mil. En una de esas ocasiones, me separé de su boca y le rodeé hasta su trasero sin que se diese apenas cuenta. Me incliné y comencé a lamerle su trasero, metiendo suavemente la lengua.

Aprecié que Pepe por su parte acrecentaba el ritmo, con lo que me aproximé a la vera de Lucas, a 4 patas asimismo, para asistirle con su felación mientras que nos mirábamos mutuamente en el espejo de al lado y de este modo fue como Pepe comenzó a gemir y decir que nos iba atestar de leche a sus compañeros de la universidad y entre lengüetazos nuestros se corrió como una fuente en mi boca y en la cara de Lucas.

Él mamaba con ansia, con un vicio cada vez mayor y ya estaba que no podía más, con lo que cuando Pepe se situó tras mí, con su polla otra vez dura en mi trasero y comenzó a mordisquearme el cuelo y a acariciarme, reventé a borbotones, soportando a cabeza de Lucas entre mis manos y llenándolo de lo que me parecieron litros y litros. Y los recibió todos con su mirada impresionada puesta en su reflejo del espéculo.

A lo largo de unos segundos estuvimos de esta manera y Lucas, con su cara llena de leche se masturbaba, decidí asistirlo con lo que lo puse de pie, lo apoyé contra la pared y arrodillándome le apreté el trasero y me metí su polla en la boca, en una intensa felación que duró poco por el hecho de que en un minuto Lucas comenzó a correrse en mi boca. No permití que escapase ni una gota y su corrida quedó en mi boca. Me levanté y me quedé quieto frente a él, con su leche en mi boca. Y la fui dejando salir por las comisuras de mi boca, inundándome todo el cuello y el pecho, mientras que me la restregaba toda, sintiéndome como una stripper con las miradas de Pepe y Lucas fijas en mí. Pepe no pudo más y se aproximó a mí, apoyó mis manos a los lados del espejo y me lubricó todo el culo con la leche que me goteaba de la boca, y sin que afirmase nada, con mi mirada en los ojos de Lucas a través del espejo, comenzó a follarme de forma rápida, apretando el ritmo mientras que me llamaba su puto jovencito maricon, su tragapollas privado y me afirmaba lo puta que soy...